El consejo de administración estará conformado por tres o más miembros pero siempre en número impar y deliberará y decidirá válidamente, como cuerpo colegiado, con la presencia y votos de la mayoría de sus miembros, salvo que el reglamento de propiedad horizontal estipule un quórum superior, con independencia de los coeficientes de copropiedad. 

Dentro de sus funciones le corresponderá tomar las determinaciones necesarias en orden a que la persona jurídica cumpla sus fines, de acuerdo con lo previsto en el reglamento de propiedad horizontal.   Lo  ideal es que como órgano de control de las actividades de la administración, reglamenten su gestión y alcance para garantizar la rendición de cuentas dentro del marco de estricta legalidad y transparencia.

Para dar meridiana claridad sobre el alcance de este órgano de administración frente a la gestión y el devenir institucional de la copropiedad, es necesario dejar claro que por analogía, ninguno de sus miembros debe estar incurso ni en inhabilidades ni en incompatibilidades propias de la gestión por la cual deberá responder.

Como cuerpo colegiado de la propiedad horizontal, el consejo es un subconjunto del gran conjunto de la asamblea, el cual conserva las mismas calidades de ésta porque sale de su seno y a ellos se les confiere mediante el voto de confianza, el control de la gestión administrativa y la ley les da facultades dispositivas en orden a que la persona jurídica cumpla sus fines.

Mientras a las asambleas se les hace rendición de cuentas anualmente al consejo se le hace mensualmente por parte de todos los órganos de administración.

Normalmente este cuerpo colegiado está conformado solamente por propietarios, salvo cuando hay silencio por parte del reglamento de la copropiedad, ya que por el nivel de riesgo en las decisiones sobre la propiedad, no se le puede dejar a personas que no tienen el dominio, la decisión sobre el futuro y la seguridad patrimonial de otros.